martes, 16 de agosto de 2011

Y quieres detener el tiempo, en esos momentos.. detener el tiempo, para siempre.


Todo empieza con un beso, luego ese beso se convierte en una tarde solos en casa... una casa demasiado grande para un amor quizás demasiado pequeño. Él con una flor. Una sola, dice, porque al menos es especial, única, no perdida en un ramo, confundida con otras. Un beso. Uno solo no. Otro. Y otro más. Manos que se entrelazan, ojos que se buscan y encuentran espacios y panoramas nuevos. Esa vez. Momento único. Que desearías que no acabase. Que fuese el inicio de todo. 
Descubrirse vulnerables y frágiles, curiosos y dulces.
Una explosión. 
Y comprendes que tal vez amar es otra cosa. Es sentirse ligeros y libres. Es saber que no pretendes apropiarte del corazón del otro, que no es tuyo, que no te toca por contrato. Debes merecerlo cada día. Y se lo dices. Se lo dices a él. Y eres consciente de que hay respuestas que quizás deben cambiarse.  

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Es secreto está en convencerte de que tus sueños se cumplirán SI o SI.